21 julio 2006

¿Deseo o Amor? Tú sabrás ...

Algunas personas, sobre todo las que se enamoran con mucha facilidad, como yo, tienden a confundir el amor con el deseo. El deseo es algo que puede suceder con rapidez, a veces a los pocos minutos de ver a una persona. Es lo que suele llamarse flechazo. El amor, en cambio, llega más tarde, cuando se conoce a esa persona más a fondo, se comparten cosas, y se pasa tiempo juntos. Es peligroso confundir el deseo con el amor, porque eso supone enamorarse de una persona a quien no conoces de verdad, de una fantasía, de alguien que tal vez no exista más que en tu mente y a quien has idealizado debido a ese deseo o atracción intensa. Por tanto, es importante tratar de diferenciar ambas cosas y tener siempre presente que el verdadero enamoramiento ha de estar basado en un conocimiento real de la otra persona y eso requiere tiempo.
También hay que en las relaciones de pareja el deseo o pasión del principio tiende a atenuarse con el tiempo, pero el vínculo hacia la otra persona se intensifica y se vuelve más profundo. Algunas personas echan de menos esa pasión de los primeros meses y tienden a fijarse en otras personas. El problema es que no se puede tener todo, pues una relación con otra persona podría romper la relación actual, de modo que no queda más remedio que elegir. Para hacerlo has de tener claro qué es lo que de verdad deseas: si prefieres una relación duradera y un compromiso basado en el amor (aunque eso conlleve cierta pérdida de pasión con el tiempo) o si prefieres tener diversas relaciones basadas en la pasión que duren sólo un periodo de tiempo.
Por supuesto, hay quienes logran tenerlo todo: una relación duradera en la que la pasión se mantiene viva mucho tiempo. Pero para lograr eso hay que esforzarse y buscar modos de mantener la pasión viva, usando la imaginación, no cayendo en la rutina, ideando juegos, etc. Es decir, mantener la pasión viva requiere que ambas partes se impliquen activamente en lograrlo y actúen, en vez de esperar y suponer pasivamente que la pasión durará para siempre aunque no hagamos nada por mantenerla, pues esa es una idea totalmente falsa.

20 julio 2006

Recetario Psicológico para la Ansiedad Social

La ansiedad social consiste en la aparición de una ansiedad excesiva en situaciones que requieren una interacción con otras personas debido al miedo a quedar mal ante ellos, quedar en ridículo, ser objeto de burla o, en definitiva, no ser capaz de comportarse de la forma que la persona considera socialmente correcta y, por tanto, ser rechazado de algún modo. Aunque resulta duro y las personas con este tipo de ansiedad lo pasan bastante mal, puedes aprender a superarlo poco a poco con trabajo y esfuerzo por tu parte.
En general, la ansiedad se produce cuando suceden dos cosas:
1. Piensas que podría suceder algo muy desagradable en una situación social.
2. Piensas que las consecuencias de que eso suceda serían terribles.
Por ejemplo:
1: "Si expreso mis pensamientos, los demás podrían criticarme".
2. "Sería terrible que me criticaran, no podría soportarlo, si lo hicieran eso demostraría que no soy nada, que soy un inútil...".
Este tipo de pensamientos conducen a sentir una ansiedad que será mayor cuanto más terribles consideres las consecuencias. Por eso, para combatir la ansiedad primero has de observar tus pensamientos y saber qué cosas te dices a ti mismo que te llevan sentirte de ese modo. Después has de analizar esos pensamientos, preguntarte si son realistas, si estás exagerando, si de verdad las consecuencias serían tan terribles, si es verdad que no podrías soportarlo. Después trata de cambiar ese pensamiento por otro que te haga sentir mejor y sea más realista, como: "Es cierto que podrían criticarme si expreso mis pensamientos, pero eso no es necesariamente algo horrible. Es desagradable, pero sus críticas no implican que yo no valga nada, simplemente significa que ellos piensan de otra manera, que no están de acuerdo o tal vez que no he tenido una buena idea, pero eso no significa que no valga nada. Soy una persona y todas las personas son imperfectas y cometen errores; por tanto, yo también puedo cometer errores y algunas veces diré algo tonto o tendré una mala idea, como le sucede a todo el mundo, pero eso no nos vuelve estúpidos pues si así fuera todo el mundo sería estúpido".
Este es el modo de transformar tu pensamiento. Y si cambias tu pensamiento cambiarás tus emociones, pues la ansiedad es el resultado de un patrón de pensamiento "catastrofista". Sobre todo, ten en cuenta las siguientes ideas y trata de hacerlas tuyas:
  • Eres un ser humano imperfecto, como todos, y por tanto tienes derecho a equivocarte o meter la pata. Deja de negarte ese derecho.
  • Cometer un error o hacer algo tonto no nos convierte en fracasados o tontos. Una cosa es lo que eres y otra lo que haces. Yo puedo hacer algo que sea un fracaso, pero eso no me convierte en un fracaso como persona.
  • No es posible agradar a todo el mundo en todo momento. Hagamos lo que hagamos, siempre puede haber alguien que piense mal de nosotros; así que más vale aceptar eso como uno de los aspectos desagradables de la vida.
  • Lo que los demás puedan pensar de nosotros o nuestras ideas son sólo sus opiniones, no son hechos ni verdades absolutas. Si alguien piensa que eres mala persona no por eso vas a ser mala persona. Da a las opiniones de los demás sólo su justa importancia, pero no más.
  • Proponte soportar la ansiedad, más que dejar de sentirla: "si me pongo nervioso o ansioso puedo soportarlo, al final pasará; aguantaré mientras dure; aunque sea una emoción muy desagradable no me va a matar; si me pongo ansioso, pues me pongo".

15 julio 2006

Cómo controlar su ira

Hace unos dias, un señor me escribía y pedía que le ayudara, que ya no sabía que hacer. Agradecí su confianza depositada en mí y con su permiso, voy a relatar brevemente su caso y la posterior respuesta que puede ser útil para otros.

Caso
Se trata de un señor, que tiene miedo, miedo a todo. Se siente atacado cada vez que alguien le insinúa, cuando algún que otro familiar duda o sospecha de el, por lo que evita todo contacto social. Teme incluso de sus amistades sinceras. Estos cuando le proponen salir, teme que ellos se burlen de el o le abandonen cuando peor está. Muestra generalmente ira y enfado ante cualquier cosa insignificante. Tiene hipertensión y ha sufrido hace unos meses una angina de pecho. Pero lo que realmente desea es como controlar su ira, su respuesta a los demás y a las pequeñas contrariedades que nos presenta la vida.

Respuesta
Cuando un individuo se siente atacado o agredido, tiende a desencadenar la cólera contra su “agresor”. Ejercítese en el arte de dejar que la persona que arremete contra usted se exprese, aunque no resulte sencillo. De esta forma, logrará que la ira se detenga automáticamente, puesto la cólera es como un partido de ping-pong: si un jugador no recibe la pelota, no se pude jugar.
Trate de canalizar sus emociones: si su ira se desencadena ante la más mínima ofensa, ¿cuál será su reacción cuando la situación tome un cariz más tenso? No se trata de callarse, sino de medir su reacción en relación a lo que sufre.
Domine su tono de voz: un volumen de voz elevado es una prueba evidente de que usted es incapaz de controlarse. En una situación tensa, trate de evitar los chillidos, puesto que no le ayudarán en nada. Para ello, utilice el siguiente truco, muy popular entre los educadores de jóvenes delincuentes: es necesario bajar el tono tanto como lo eleva la otra persona. Hable pausadamente y con un tono cada vez más bajo. La persona que se encuentra enfrente hará lo mismo de forma inconsciente. ¿Quién puede enfadarse en voz baja?.
Controle sus nervios: la vida moderna está llena de estrés y de preocupaciones que hacen que, en determinados momentos, explotemos de rabia ante pequeñas situaciones. Relájese, practique ejercicio, busque la paz interior aislándose del mundo que le rodea. Cuando se le presente una situación tensa, respire a fondo y trate de analizar el origen de esta situación.

El Miedo

El miedo es un sentimiento de amenaza, una sensación de peligro ante un algo que creemos nos puede dañar. Ese algo puede ser real o imaginario, no está ahí la clave, de hecho muchos miedos son infundados. El miedo tiene grados y matices, por eso la lengua posee tantos términos similares que no sinónimos; se habla de pánico, fobia, temor, terror, aprehensión. Hay un miedo normal, útil, que nos lleva a la prudencia. En términos evolutivos el miedo probablemente sea un importante dispositivo para la adaptación y el mantenimiento de la especie. Pero hay un miedo cerval, excesivo, que no suma sino resta, que paraliza, que nos lleva al fracaso, que nos bloquea cuando crece y crece. De ése hablaremos hoy.

Julio Cortázar tiene un delicioso relato que describe magistralmente el mundo fóbico, se llama 'La casa tomada'. Dos hermanas vivían en una enorme casa. Un día, estando ambas en la cocina, oyeron un extraño ruido en la despensa. Algo o alguien había allí dentro y sintieron pavor. Ninguna de las dos se atrevió a entrar, sólo pudieron acercarse a la puerta para cerrarla y echarle la llave. Así quedaron tranquilas, la casa era grande y podían habitar el resto. Pero aquel era un cierre en falso, en el fondo seguían asustadas y para quien tiene miedo, todos son ruidos. Así, un día, pasadas unas semanas, estaban en el salón y de repente escucharon aquel extraño ruido amenazante, ahora en la cocina. La congoja se apoderó de ambas, las piernas les temblaban y apenas podían mantenerse en pie. Tampoco fueron capaces de entrar, sólo pudieron cerrar la puerta con llave y siguieron habitando en el resto. El relato termina saliendo las dos de la casa y echando la llave por fuera. La casa estaba tomada por el miedo. Si le dejas espacio al miedo, el miedo lo invade.

Lo que hace crecer al miedo, como el viento al fuego, es la evitación. La terapia, la estrategia correcta, es la contraria: haz lo que temes y el temor desaparecerá, o mejor, irá disminuyendo porque no se trata de no tener miedo. Sentirlo es natural y sería anómalo no conocerlo, como le pasaba al personaje de aquel cuento infantil, Juan Sinmiedo. La diferencia entre una persona valiente y otra cobarde no es la presencia o ausencia de miedo sino la actitud ante él. La cobardía es el miedo consentido, mientras que la valentía es miedo dominado. Así pues, merece la pena enfrentarnos a nuestros miedos porque además, como decía Montaigne, el que teme padecer, padece ya lo que teme.
Çitas Çitables
  • No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo. Epicteto de Frigia
  • No hay medicina para el miedo. Proverbio escocés
  • El hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar su miedo. Alain
  • Aquel que más posee, más miedo tiene de perderlo. Leonardo Da Vinci
  • El que teme sufrir ya sufre el temor. Proverbio chino
  • El límite de tus actos sólo lo imponen tus miedos y tu propia imaginación. No dejes que el miedo te paralice o te haga dudar. Prakash

14 julio 2006

La mala suerte

"Todo me sale mal", "que mala suerte tengo", "porqué todo me tiene que salir mal". Son las frases que se repiten algunas personas cargadas de angustia, desconsuelo o amargura, producto de determinadas situaciones que le hayan salido mal.
A veces se confunden desilusiones, contrariedades o frustraciones con una especie de "estado" o "entorno" que más allá de ellos mismos, les impone una "mala suerte" y les impide tener éxito, bien sea en el trabajo, en su vida, o en el amor. Pero, ¿Realmente los desengaños o los fracasos se los deben atribuir a un mal destino, "mala suerte" o a "estar empavado"? o ¿Son ellos mismos los responsables de lo que les ocurre?.
Sabemos que las personas optimistas, alegres y con autoestima elevada tienden a vivir más tiempo que los pesimistas, tristes o de baja autoestima. Reír fortalece el sistema inmunológico y ayuda a enfrentar, con mayores posibilidades, a las enfermedades. Mientras tanto, las personas con tendencias a la depresión, pesimistas, gruñonas y disconformes generalmente se enferman más frecuentemente y sufren más problemas que los optimistas.
El ser humano actúa de acuerdo a sus actitudes, creencias y pensamientos y estas formas de ser interactúan con las emociones y la conducta de cada individuo. El miedo o la ira nos hacen hacer cosas. Igual el amor, la alegría o la tristeza. Muy probablemente trabajemos mejor y produzcamos más si lo hacemos contentos. Cuando estamos disgustados o consternados no podremos realizar alguna tarea que requiera dedicación.
El futuro no puede ser decidido por la buena o la mala suerte. Si una persona hace un esfuerzo, estudia, trabaja, planifica, traza metas y procura alcanzarlas, muy probablemente triunfe en su vida. Algunos dirán que tuvo suerte pero el sabrá que decidió superarse y lo logró.
Una persona optimista que busque ser feliz y esté dispuesto a salvar los obstáculos que sin duda se le presentarán, tenderá a tener lo que llaman buena suerte. Quien no se desarrolle, se prepare, gestione un empleo o comience una actividad productiva o tenga por meta constituir un hogar y crear felicidad, obviamente no lo alcanzará. Luego dirá: "¡Que mala suerte!".
Hay personas propensas a los accidentes. Sin embargo, cuando se investiga el por qué, se encuentra que son inseguras o no miden las consecuencias de los peligros. Una vez que se instruyen y reciben recomendaciones de cómo evitar estos incidentes, dejan de presentarlos.
Cuando le acontezca algo desagradable, pregúntese cómo lo hubiera podido evitar. Si tiene una respuesta se dará cuenta que no fue la mala suerte.La buena suerte ¡Se puede construir! si nos lo proponemos.
Çitas Çitables
  • Unos nacen con estrella, y otros nacen estrellados. Refrán
  • La suerte es una flecha lanzada que hace blanco en el que menos la espera. Konrad Adenauer
  • Vivir la vida de tal suerte que viva quede en la muerte. Santa Teresa de Jesús

10 julio 2006

¿Dudas? ó ¿Inseguro?

Va uno al psiquiatra y le dice: "Doctor, yo soy muy inseguro… ¿O no?".

Es un chiste y créeme que contado verbalmente es muy bueno. Además es un humor inteligente. Los chistes tendrían que tener derechos de autor, pero siempre son anónimos. Éste me da pie para escribir hoy sobre la inseguridad o, mejor dicho, sobre la duda.

¿En qué crees al cien por cien? ¿De qué estás del todo seguro?
Tómate un tiempo y piensa en ello, quizás irás notando que crece en ti la duda. Si es así, si dudas de todo o de casi todo, si eres una duda con patas, estas líneas te consolarán. Para empezar, ya Sócrates decía: la única cosa que sé, es saber que no sé; y esto cabalmente me distingue de los demás filósofos, que creen saberlo todo. Mi única ciencia consiste en saber que no sé nada. Fíjate, el mayor sabio de la antigüedad se confiesa ignorante. Es sin duda una ignorancia especial, paradójica, porque nace del conocimiento, es la docta ignorancia. Ojalá todos los ignorantes fueran así, pero no, hay otros ignorantes que somos los que presumimos de saber.

Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas, así se expresaba el premio Nobel Bertrand Russell no hace mucho tiempo. Hay gente que habla con una seguridad asombrosa, que parece creer en lo que dice y que transmite confianza, gente como los científicos y los políticos. De estos últimos decía Bernard Shaw: "No saben nada y creen saberlo todo, sin duda eso les faculta claramente para la carrera política". En cuanto a los científicos les conviene un baño de humildad, pero esa humildad sólo se advierte en los más grandes.
Creo que en realidad uno sólo sabe cuando sabe poco, porque con el saber auténtico crece la duda. Quien más sabe, más duda y quien nada sabe, nada duda, pero quien sabe que no sabe algo al menos sabe. Tengo puesta la esperanza en lo que decía Ortega y Gasset: "No hay nada más fecundo que la ignorancia consciente de sí misma". Espero por ese camino llegar algún día a dudar de todo, bueno de casi todo, porque me gustaría seguir manteniendo mi absoluta confianza en el ser humano y en la fuerza del bien y del amor.

Çitas Çitables
  • El hombre se hace civilizado no en proporción a su disposición para creer, sino en proporción a su facilidad para dudar. Henry-Louis Mencken
  • Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber. Confucio
  • Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano. Isaac Newton
  • Cada día sabemos más y entendemos menos. Albert Einstein

07 julio 2006

Tú "talón de Aquiles"

Cuantas veces hemos oido decir de una persona "me saca de quicio", cuando ésto ocurre, quien te saca de quicio suele ser alguien que te conoce bien. Te conoce tan bien que sabe dónde tienes tu 'talón de Aquiles'. Por eso ocurre con mucha frecuencia en la dinámica de las parejas. Reconócelo, todos somos expertos y el "me saca de quicio" es tan verdad como el "le saco de quicio". Y si los dos están fuera de quicio, la cosa se potencia. Ésto es lo primero que hay que evitar, al menos uno de los dos debe mantener la calma. Dicen que dos no pelean si uno no quiere, lo malo es que en este caso ambos quieren pelear.
Fuera de quicio uno pierde los papeles, las formas y cuando se pierden las formas se acaba perdiendo la razón. Se pierde la razón en el doble sentido de la palabra: en el sentido de no llevar razón en la discusión y en el sentido de perder la cordura. La pérdida de cordura se llama en este caso cólera o ira. Cuando estamos en ese estado decimos mucho más de lo que dicen las palabras, no es sólo lo que decimos sino cómo lo decimos. En plena cólera se escapan palabras hirientes acompañadas de actos, de gestos, de miradas que cortan como cristales. Nuestras respuestas son desproporcionadas y se tornan injustas. La cólera no nos permite saber lo que hacemos, ni lo que decimos.

El colérico en pleno furor se comporta como un demente. La cólera o se frena al principio o no hay quien la frene. Es una emoción súbita, como todas las emociones se notan en el cuerpo. La cólera parece subir por el pecho y llegar a la cabeza donde nos nubla la vista y el entendimiento.
Cuando uno siente ese veneno lo mejor es contar hasta diez, o mejor más. Cuando con ira te sientas, cuenta despacio desde uno hasta cincuenta.

Es siempre mano de santo, porque afortunadamente la cólera es una locura muy transitoria, es una tempestad fuerte pero breve y después siempre llega la calma. Y si no eres tú, sino el otro el que está colérico tienes o bien que retirarte o, esto ya es para nota, apagar la cólera del otro con una respuesta blanda y apacible. Confucio dijo: "No respondas a un insulto con otro insulto. El segundo es la causa de la disputa".

06 julio 2006



El pasado lunes tuve la oportunidad de contar con la presencia del prestigioso Profesor Tomás Lobato Valderrey, quien me dió clases de Filosofía hace 8 años. Fué una enorme gratitud poder encontrarme con un verdadero filósofo, un Maestro, auténtico amante del saber. Pero sin duda, lo mas notorio y gratificante fue ver sus dos criaturas intelectuales. Su reciente obra "Liberalismo, Socialismo y Pensamiento Conservador en la España Moderna" e "Historia del Pensamiento" publicado en el 2001. Este último es una de las obras que tanto he ansiado por tenerlo en mis manos. Ahora dispongo de ella con una extensa dedicatoria el cual me enorgullece mucho. Gracias Profesor. De esta aprenderé mucho, sin duda será una fuente importante, de donde puedo saborear a grandes ilustres existencialistas como Sartre, psicólogos revolucionarios como Freud y pensadores como Sócrates, Platón & Ortega y Gasset. Sin duda, constituye una buena guía, uno de esos buenos compañeros que nos ayudan a caminar.

Ver blog del Profesor Tomás Lobato

02 julio 2006

Un buen antídoto para la vida

Hoy es domingo, hace un día espléndido, sin embargo he visto el día un tanto gris… ahora que las cosas no fluyen como deseo, empiezo a cuestionar asuntos de existencia, y acabo el resto del día meditabundo. A veces pienso que esto solo me ocurre a mí, y que prefiero callarlo antes de que me “diagnostiquen” cosa tan común en mí. Pero ayer una vez más, mi buen amigo Juan, a quien le dedico el artículo de hoy, me recordó que el prestigioso psicólogo Hayes, decía una vez que hay 2 secretos en las personas … que el primer secreto es que todo el mundo tenía un secreto y el segundo secreto, es que todo el mundo tenía el mismo secreto. O sea que lo que yo pienso acerca de mi existencia no es algo unívoco y exclusivo de mi, es algo que todos experimentamos y compartimos pero no expresamos.

Pero para los días malos en particular, y buenos en general, yo tengo un buen antídoto. Cuando me encuentro “mal” o en situaciones un tanto difíciles agotando con ello muchas posibilidades, tomo como referencia y ayuda, un bello poema de Santa Teresa de Calcuta.

Allá por el año 2001 en un viaje que hice por la India, visité el orfanato de las Hermanas de la Caridad y en el despacho de Santa Teresa, había un enorme cartel que rezaba un poema lleno de significado que tanto me impactó que pasé una hora meditando y memorizando. Me siento muy agradecido de haber presenciado la obra y la disposición de Santa Teresa hacia lo más necesitados. Inspiró y alimentó con sus fuerzas y su potencial humano a millares de personas. Hoy su legado me sirve para seguir luchando y disfrutando esta bonita vida que sólo se vive una vez.

Así que querido amigo y lector, espero que disfrute del poema, que en ella halle alguna solución. Me gustaría que meditaras bien en cada palabra, y si en alguna de ella te identifica, hazlo.

La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es bienaventuranza, saboréala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un desafío, enfréntalo.
La vida es un deber, cúmplelo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es un tesoro, cuídalo.
La vida es una riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózalo.
La vida es un misterio, descúbrelo.
La vida es una promesa, realízala.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es una lucha, acéptala.
La vida es una aventura, arriésgate.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es vida, defiéndela.

01 julio 2006

Me siento mal ... creo que estoy deprimid@


Usualmente, depresión se relaciona con la experiencia de tristeza, la pérdida de interés o de placer y la falta de capacidad de respuesta ante la vida. Se le asocia al desconsuelo, estar de capa caída, desanimado, abatido, alicaído, en resumen: Deprimido. Es uno de los sentimientos de malestar psicológico más frecuentes y constituye una forma de ser, ante una pérdida o separación de los seres queridos o cuando tenemos algún revés. En el campo de la psicología, la palabra depresión se asocia a un síndrome caracterizado por una tristeza profunda y por la inhibición de las funciones psíquicas, a veces con desórdenes neurovegetativos. Suele designar un síntoma, un trastorno, una enfermedad, síndrome o una posición subjetiva.
Cuando las depresiones tienen una razón externa que las justifique, se les llama depresiones exógenas. De tipo endógeno son cuando surgen sin que se conozca un evento significativo en la vida de la persona que la haga sentirse deprimida. Estas son más difíciles de subsanar y se requiere tratamiento psiquiátrico. La depresión "común", es decir la exógena, se desarrolla frecuentemente después de un shock emocional. Pueden generarse por diversas causas, muerte de un familiar, infidelidad de la pareja, pérdidas económicas o situaciones de frustración. En la actualidad, el número de personas que sufren este tipo de depresión se ha incrementado. Las sensaciones de impotencia que se experimentan día a día como consecuencia de los problemas económicos, políticos y sociales y en general el estrés y el estilo de vida a la cual nos enfrentamos, son varios de los elementos que justifican el aumento. Este tipo de depresión es pasajera normalmente. Por ello, en lugar de pensar en lo injusto que parece todo, cuando nos vemos en una situación que no esperábamos, debemos asumirla y enfrentarla con optimismo.
Sabemos que no es fácil, mas debemos pensar que si nos damos por vencidos, nos arrinconamos y nos sumimos en una posición depresiva, lo único que estamos haciendo es agregarnos otro problema. Lo indicado es que hagamos un esfuerzo por continuar con nuestra vida. Clave será que sigamos trabajando y, si es posible, añadir algunas tareas adicionales (ejercicios, talleres de cocina, pasear, viajar, cursos, leer, etc. ). Hacerlo nos llevará a establecer nuevas metas y al logro de las mismas, lo cual contribuirá a disminuir la tristeza, por una parte y por la otra, a sacar de la mente el problema que nos ocasiona el estado depresivo.
En otros casos depresivos mayores, la psiquiatría posee un completo arsenal de medicamentos y tratamientos adecuados según sea el caso.
Para finalizar, dejo una pregunta abierta ¿qué hace que una persona pase mas el tiempo de su vida lamentándose, en vez de buscar soluciones? ¿porque son tan "expertos" en amargarse la vida"?
Çitas Çitables
  • Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía. Antoine de Saint-Exupery.
  • El optimista encuentra una respuesta para cada problema. El pesimista ve un problema en cada respuesta. Prakash.
  • Pasamos mas tiempo lamentándonos de nuestros problemas, en vez de buscar soluciones y actuar. Prakash.